martes, 21 de enero de 2014

Puntaso de casta y coraje

El Sevilla FC consiguió un valioso y meritorio empate en un estadio hasta a la fecha inexpugnable donde solo el todopoderoso FC Barcelona ha conseguido puntuar. Prueba de madurez absoluta la de las huestes de Unai Emery que se fajaron ante un equipo tremendamente exigente en lo físico y en lo psicológico puesto que el equipo del Cholo Simeone te exige sangre, sudor y lágrimas para puntuar en el Vicente Calderón.

El Sevilla FC fue de menos a mas en el partido. De un planteamiento inicial conservador aguantando el chaparrón de intensidad del equipo del Cholo se pasó tras el descanso a un planteamiento descarado y con ambición con la salida de Gameiro por Pareja y el cambio de posición de Ivan Rakitic quien pasó al doble pivote junto a Vicente Iborra. El Sevilla pasó a dominar el balón empequeñeciendo por momentos al hasta entonces líder de la competición. La salida de Marin por un exhausto Vitolo agudizó el dominio del choque en clave sevillista. Gameiro pasó a la derecha y Marin se juntó con Rakitic en el medio monopolizando el control del juego.

Sin crear ocasiones claras de peligro, puesto que el At. Madrid del Cholo concede poco o nada en defensa, el Sevilla iba creciendo en el partido hasta que llegó la jugada del penalty de Juanfran a Bacca. Penalty claro por el agarrón que supuso a la postre el empate definitivo.

El Sevilla FC se fajó, puso casta coraje y corazón ante un equipo que te intenta echar del partido a empujones, a base de intensidad y despliegue físico. No se amilanó en ningún momento ante las provocaciones de hombres como Godín o el ínclito Diego Costa quien manejan como nadie el otro fútbol con la permisividad absoluta de los colegiados quienes miran para otro lado en cada acción polémica que protagonizan. El penalty pitado fue un rayo en el cielo en un arbitraje tremendamente casero.

Bacca y Fede Fazio representan como nadie el espíritu del equipo ayer. El delantero colombiano, sin estar brillante en las acciones propias de un delantero, supo fajarse ante dos defensas centrales de gran categoría como Godín y Miranda. Bregó en cada balón, lucho en cada disputa y nunca rehuyó el choque.
Igual que Fede Fazio quien le tocó bailar con la mas fea, un jugador de otra época, no por su calidad sino por la forma marrullera y pueril que tiene de sacar ventaja a sus rivales.

Esta es la acción previa a la contundente respuesta del argentino que jamás le volvió la cara a su rival.

Jamás un puñetazo fue tan aplaudido y vitoreado por el sevillismo porque esa acción refleja lo que fue el partido. Un Sevilla que fue al Calderón a competir sin dejarse amilanar ni achantar por los pupilos del Cholo Simeone.

Este Sevilla crece como equipo en cada partido puesto que la prueba de ayer domingo marca si un equipo quiere competir de verdad o es una comparsa en esta liga tan depauperada.

Lo dicho,puntaso de casta y coraje que sabe a gloria.

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