viernes, 6 de junio de 2014

Homenaje a Roberto Ales: un sevillista que nos devolvió el orgullo.

Un equipo es grande si tiene una afición que la arropa en los buenos y malos momentos. Un equipo es grande si consigue ganar partidos y títulos que es lo que distingue a los grandes equipos de los conjuntos mediocres que pasan sin pena ni gloria. Pero un equipo es grande si se acuerda de los "suyos", de los que han sido parte fundamental de la historia del club. Y ese sin duda ha sido el papel de Roberto Alés en la historia contemporánea del Sevilla FC.


Llegado a la presidencia del club en el año 2001 con un equipo roto en lo deportivo y económico, supo de manera serena y sin estridencias hacer las cosas como un gran dirigente de fútbol. Sin apenas recursos económicos supo rodearse de personas tremendamente capacitadas y que además respiraban sevillismo por los cuatro costados. Se tomaron decisiones difíciles como la venta de los grandes activos del club caso de Marchena, Jesuli, Tsartas o Juan Velasco y se tomaron decisiones trascendentales en lo deportivo.

Con el sevillista dándole vueltas a la famosa frase de Augusto Lahore de no tenemos ni para balones, con un pie y medio fuera del Ramón Sanchez Pizjuan y camino del estadio Olímpico, con la moral por los suelos y el orgullo herido, Roberto Alés llegó cuando nadie quería desembarcar en el Sevilla FC, casi derruido por demolición, la causada por los nefastos dirigentes anteriores, desde De Caldas a Rafael Carrión. Tomó las riendas después de la temporada deportiva mas nefasta de la historia del club, con el equipo farolillo rojo con una puntuación de 28 puntos y solo 5 partidos ganados.

El Sevilla grandilocuente, el del otro año igual por quedarnos a las puertas de jugar la copa de la Uefa de la época de Cuervas, pero que contaba todos los años con un equipo competitivo quedó hecho cenizas en el año 1995 y dicha travesía del desierto perduró hasta la temporada 2000-2001. 6 años de purgatorio que destrozaron social y económicamente al club.

Pero llegó Roberto Alés, sevillista y hombre cabal donde los haya con la idea de no gastar un duro mas de lo que se ingresaba. El dinero se sustituyó por el trabajo, la ilusión y el sevillismo a espuertas reflejados en el hombre de la sangre roja, Joaquín Caparrós Camino y el mejor director deportivo de la historia del Sevilla FC, Ramón Rodriguez Verdejo " Monchi". Y a partir de ahí se generó un grupo de trabajo que iría creciendo año tras año ya con la llegada de José María del Nido.


El Sevilla FC y el sevillismo deben estar siempre agradecidos a hombres como Roberto Alés puesto que un momento trascendental en lo negativo de la historia del club éste apostó por arrimar el hombro en lugar de salir corriendo, como muchos otros hicieron. De bien nacidos es ser agradecidos y el homenaje otorgado por Pepe Castro y el Sevilla FC al que fuera presidente del club, mas en vida, es una seña mas de grandeza de este club.

 Roberto puso serenidad en momentos de gran convulsión, generó un grupo de trabajo que con el paso del tiempo ha quedado en la historia del Sevilla FC pero lo mas importante de su etapa es que nos devolvió el orgullo de ser sevillistas después de dirigentes que habían mancillado y pisoteado la imagen del mejor club del sur de España.Las palabras de D. Joaquín Caparros Camino no dejan lugar a dudas de  la importancia de un hombre que nos devolvió el orgullo de ser sevillistas.