El Sevilla FC fue derrotado en la noche de ayer por el Málaga CF solo y exclusivamente por los errores propios, tanto en ataque como en defensa, errores groseros, muy groseros que lastimosamente se vienen repitiendo en una campaña para olvidar.
Este Sevilla de Michel viene repitiendo en liga los mismos errores. Fallos garrafales de cara a gol y concesiones defensivas propios de un equipo de juveniles. Entre medias, un plan táctico del entrenador que no casa con las características futbolisticas de este equipo por mas que se empeñe nuestro entrenador.
Y es que este Sevilla hace daño con posesiones rápidas e intensas no con posesiones largas y estériles que solo conducen a perder balones que generan contraaques. Hace daño con robo de balón por presión adelantada y no con juego asociativo porque no tenemos gente para eso.
El Sevilla genera peligro mientras le dura la gasolina que permite ahogar al Malaga en la salida de balón. Dos ocasiones clarísimas, una de Negredo y otra de Jesús Navas entre un juego dinámico pero una vez mas poco efectivo ante la falta de gol de este equipo puesto que solo Negredo está capacitado en este equipo para hacer goles. Pa echarse a temblar son la cantidad de medias puntas y jugadores de banda sin gol en este equipo puesto que este equipo está mal confeccionado desde la base puesto que la escasez de gol debe compensarse con solidez y seriedad defensiva, algo de lo que adolecen los centrales titulares del Sevilla FC.
Pa echarse a temblar es que nuestro entrenador no tenga una respuesta táctica a las variantes que le propone el entrenador del equipo contrario. Aguantó el vendaval con inferioridad numérica en la banda izquierda, cubierta parcialmente por un Iturra con demasiado campo a abarcar. La nula profundidad ofensiva de Fernando Navarro propició que esa ventaja posicional se quedara en nada. Ahí entró Manuel Pellegrini, quien viendo en el campo el desempeño de su equipo, realizó un cambio crucial en el descanso poniendo a Demichelis como medio centro posicional. Nuestro entrenador fue incapaz de anticiparse a este movimiento e incapaz de ofrecer una solución táctica.
Pa echarse a temblar es la debilidad e inconsistencia defensiva mostrada por nuestra pareja de centrales que nuestro entrenador se empeña en poner partido tras partido. Fazio y Spahic, Spahic y Fazio, un denominador común, su indolencia y sus regalos defensivos. Spahic se come la marca de Demichelis en el corner botado por Joaquín y Fazio regala un nuevo penalty y una nueva expulsión tras derribar nuevamente al omnipresente Joaquín.
Pero erre que erre nuestro entrenador insiste en ponerlos cuando insistentemente tiran la camiseta por fallos garrafales que cuestan goles y puntos. Pruebe usted ahí a Botía y Fernando Navarro, pruebe usted ahí a Cala, dele una oportunidad a Bernardo. En definitiva, cambie usted el corazón del equipo porque este está enfermo.Y es que no puede ser casualidad que en todos los partidos el señor Fazio o el señor Spahic hagan regalos a los rivales. Te puede pasar una vez pero cuando te pasan 10 algo falla.
Pa echarse a temblar es ver las gradas del Ramón Sanchez Pizjuan medio vacías en un duelo de rivalidad regional frente al Málaga. Ver a unos Biris renegando de su razón de ser que no es otra que la de ANIMAR en una lucha de egos frente al presidente y el consejo de administración. La institución se resquebraja porque el sevillismo no está unido ya sean por unas causas u otras. Si José Maria del Nido y los Biris no dan su brazo a torcer le están haciendo un flaco favor a lo único importante aquí que es el escudo del Sevilla FC. Las dos posturas se están olvidando de eso y es muy lamentable.
Es inconcebible que se haga una campaña somos de todos y se traiga a una charanga uruguaya y no se haga NADA porque el sevillismo se vuelva a UNIR. Primero vamos a arreglar nuestra casa, vamos a hacer que los SEVILLISTAS estén a gusto en nuestro campo y luego te dedicas a hacer campañas de publicidad que no se muy bien que utilidad tienen.
La institución requiere una CATARSIS inmediata, urgente porque mañana podemos ser el Villarreal. Un equipo mal confeccionado por Monchi, un entrenador que no gana, una grada dividida y enfrentada, un Presidente que parece vivir ajeno a todo esto... Este caldo de cultivo que se está generando no conduce a otro sitio sino al pozo de la segunda división.
Pa echarse a temblar.
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