El aficionado al fútbol es así o al menos a mi me pasa. Cuando perdemos un partido estoy hundido en las mas absoluta de las miserias, no me apetece casi hablar ni casi comer. Esto me lleva a los correspondientes enfados de la parienta pero que se le va hacer, uno vive el Sevilla como algo propio, algo que duele o genera ilusiones propias.
La victoria del jueves en Santander se antojaba vital para evitar mirar hacia el fondo de la clasificación que ya hemos dejado a 12 puntos y mirar donde tiene que pensar este equipo y esta institución, los puestos altos de la tabla clasificatoria.
La Champions League se antoja casi imposible mas que por los rivales ( Malaga, Levante, At. Madrid) por la irregularidad de un equipo falto de tensión competitiva. El objetivo debe ser ahora el partido de Granada, los tres puntos y dar caza cuanto antes un puesto que de derecho a jugar la Europa League la próxima temporada.
La orilla se ve lejana pero se ve o al menos yo lo veo después de los tres puntos conquistados en el feudo santanderino.
En primer lugar porque creo que los futbolistas del Sevilla tienen una ocasión de oro para reivindicarse en este final de temporada. El final de liga, siempre que se consigan los objetivos, es lo que queda en la retina de los aficionados. Como el mal estudiante que deja los estudios para el final, los futbolistas del Sevilla tienen dos meses de competición para resarcirse de una mas que mediocre temporada. Futbolistas como Navas, como Negredo, como Rakitic, que tienen una Eurocopa a la vuelta de la esquina, tienen que dar un empujón al final de temporada.
En segundo lugar porque veo que equipos como Osasuna, Español, Levante, no son mejores equipos que el Sevilla FC o al menos no deberían serlo por presupuestos y estructuras.Son equipos que llevan la irregularidad por bandera y esto a final de liga tiene que imponerse si o si, o al menos eso es lo que un servidor quiere.
Y en tercer y último lugar creo que el entrenador está dando golpetazos encima de la mesa, dejando claro quien es el que manda. Lo último fue sentar a unos desdibujados e inoperantes Reyes y Rakitic así como de Kanoute debido a sus consabidos problemas físicos. Igualmente está dejando un sello en la forma de jugar que particularmente me gusta: tener la posesión de la pelota, defender y hacer daño siempre con el balón como bandera. Evidentemente hay limitaciones sobre todo a la hora de sacar la pelota desde atrás, Palop no es muy ducho con los pies, Escude no aguanta ya el ritmo que exige un equipo como el Sevilla, Fernando Navarro tiene unas limitaciones técnicas evidentes y Coke... mejor dejésmolo ahí con Coke.
En definitva que como todo aficionado al fútbol hoy veo el vaso medio lleno aunque también es verdad que el lunes en Granada nos podemos llevar un nuevo fiasco debido a la poca fiabilidad del equipo.
Toca remar a contracorriente. La orilla se ve lejos.. pero se ve
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