El Sevilla FC venció y convenció el sábado ante el todopoderoso Real Madrid. Volvió a ser ese equipo competitivo que otrora fue y que había perdido. Puso ganas, puso intensidad y puso fútbol para vencer a un equipo que en la dos últimas campañas se venía paseando por el Ramón Sanchez Pizjuan.
Michel gana un crédito importante en este inicio liguero marcado por un conflicto social que amenazaba con fracturar la grada del Ramón Sanchez Pizjuan. Lo hizo poniendo su sello en un partido de altura. El equipo necesitaba fuerza, físico y cohesión en el centro del campo para evitar la orgía de espacios del que disfrutó el equipo merengue en las dos últimas campañas. Y Michel ejerció para lo que se le paga. Puso a Maduro de pivote posicional y a Medel barriendo las subidas de Cicinho. Junto a ellos, un irreconocible Rakitic por cuanto el croata se hartó de correr y hacer jugar al equipo y como no, puso una joya de centro para el remate de Trochowki quien ocupó la parte izquierda del ataque.
Todo este entramado táctico se vio favorecido por el gol inicial de Trochowski. Permitió calmar la posible tormenta en la grada y generó el caldo de cultivo necesario para que tanto la afición como el equipo se vieran con posibilidades reales de hincarle el diente al Madrid. A partir de ahí sorpresas muy agradables con el trabajo de Botía y Spahic, pareja de centrales muy seria durante todo el partido demostrando que con un eje central solido, que no facilite regalos al contrario, se puede ir al fin del mundo. Junto a ellos el siempre eficaz y comprometido trabajo de Fernando Navarro y otra de las grandes sensaciones de la temporada, el brasileño Cicinho quien demostró una personalidad arrolladora frente a los todopoderosos jugadores blancos.
El Sevilla planteó un encuentro muy serio y muy táctico. Se dejó de las tonterías de años anteriores y se juntó al equipo al máximo para evitar los espacios que tanto necesitan los Cristiano, Di María o Higuaín.
El Sevilla FC volvió por sus fueros en el partido del Sábado. Lo hizo pese a contar con el impresentable Undiano Mallenco al frente del trio arbitral. Definitivamente este arbitro se ha vendido al poder establecido. Pita en función de la camiseta con la que se enfrenta y eso para un arbitro es el principio del fin. Se dejó una vez mas sin expulsar a Higuain y Di Maria en dos acciones clamorosas propias de jugadores consentidos, mimados por un estamento arbitral que deja mucho que desear. El despropósito final fue permitir a Cristiano tirar la última falta del partido después de enseñarle al mismo arbitro que estaba sangrando en el codo.
Pero a todo ello se sobrepuso este Sevilla FC que dio los primeros síntomas de haber vuelto por sus fueros. Sólo es un partido, solo son tres puntos pero la moral conseguida debe darnos alas para ir a la Coruña y dar un golpetazo en la mesa. El sevillismo lo necesita y lo merece después de tanto zozobra institucional y deportiva.
Que bueno que volviste Sevilla.
Puntuaciones.
Maduro : 3 puntos.
Cicinho : 2 puntos.
Trochowski : 1 punto.
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